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Tras un tiempecillo sin postear, vamos ahora a hacer una entrada doble sobre dos juegos que, vía Game Pass, teníamos pendientes: un juego de acción para un jugador basado en la narrativa y otro de plataformas basado en la cooperación. En la variedad está el gusto y, en este caso, la diversión, pues no son demasiado largos ni pesados.

Quantum Break (Remedy, 2016)

Los chicos de Remedy, hoy de Microsoft Games Studios, son recurrentes en nuestro blog. Y es que los creadores de la saga Max Payne, Control y Alan Wake son reconocidos en el mundillo por hacer buenos juegos de acción, con buena calidad técnica, con buena narrativa y donde el componente del tiempo es esencial. Pues bien, este Quantum Break sigue esas premisas. En el aspecto jugable es como Max Payne, en el sentido de que, por cuestiones del argumento (una ruptura del espacio tiempo por culpa de un experimento fallido) aparece algo parecido al tiempo bala, ralentizar, escudos de fuerza, etc. En lo técnico es muy impresionante. Recuerda a Control, pero superior en los gráficos, incluyendo capturas de movimientos y caras donde se nota que hay un presupuestazo detrás (es un juego de 2016, recordad). Los protagonistas son actores reales, como Shawn Ashmore (franquicia X-Men), Aidan Guillen (Juego de tronos, Calvary), Courtney Hope (quien no solo se parece físicamente, sino que también pone la voz en Control), Lance Reddick (John Wick, Fringe, The Wire) y Dominic Monaghan (El señor de los anillos).

Y esto último, lo de un reparto real, es la gran novedad, puesto que también actúan en una miniserie de imagen real que se emitía entre cada capítulo del juego. En el juego se podían escoger decisiones y en la serie se veían los hechos que, a su vez, no se contaban en el juego. Y sí, hablamos en pasado porque en su puesta del juego en PC Game Pass la miniserie ha desaparecido. ¿Por qué? Ni idea, seguramente por problemas de derechos de autor, pero una gran idea se ha ido al desagüe (escrita por Sam Lake, Max Payne para los amigos). Pero no es el único error del juego, también hay uno aún más molesto: las luces parpadeantes de colorines. ¿Que qué es eso? Pues que, debido a un error gráfico del juego, y que no se puede eliminar, pueden aparecer de vez en cuando unas luces de colores que tapan toda la pantalla y no te dejan ver por dónde diantres caminas. Un error increíble que no se ha podido solucionar, y que en consolas sí que se pudo, y dicen que en PC por Steam (donde se permite bajar de Direct 12 a 11, sí, pero no aquí).

En fin, un gran juego, pero en PC Game Pass incompleto y con incomprensibles errores técnicos.

EJEMPLO DE GAMEPLAY

It Takes Two (Hazelight, 2021)

Josef Fares se ha ganado un sitio en el mundo de los videojuegos por sus aportaciones al juego cooperativo: Brothers: A Tale of Two Sons y Way Out. Pues bien, EA, que otra cosa no, pero invierte dinero, le dio a dirigir otro juego cooperativo. Y la jugada le ha salido redonda, puesto que, si bien no ha sido un superventas, por su idiosincrasia no podía ser, sí que se ha hinchado de premios, siendo elegido uno de los juegos del año en su lanzamiento. Un matrimonio, que se va a divorciar, queda maldecido al convertirse en muñecos. Ambos, enfrentados, deberán sin embargo colaborar para volver al mundo real y recuperar a su hija Rose. Gracias a este argumento, tenemos pues variedad de lugares (el mundo de los insectos, de los juguetes, etc.), y de situaciones: plataformas, shooter, juego de rol isonométrico… Y, como siempre con Josef Fares, hay que colaborar sí o sí o no podremos avanzar. Por tanto, este juego es tontería no jugarlo con otra persona (a diferencia de Brothers: A Tale of Two Sons). Empero, trae el “pase de amigo”, con el que podemos invitar a otra persona a jugar online sin juego.

Audiovisualmente también es top, con un motor que, incluso en cooperativo, va como la seda, con algún tirón en las cargas sin importancia. El doblaje, que está también en español, es bastante bueno, así como la música acompaña a algunos momentos surrealistas, pero, también, muy divertidos.

En fin, para no enrollarnos más: un juego de plataformas de los que echábamos de menos. No muy difícil ni exigente, pero variado, nada aburrido y que, en cooperativo, funciona genial.

EJEMPLO DE GAMEPLAY