Os hemos hablado en este blog de las nuevas versiones de la saga Residen Evil, las polémicas, por distintos motivos, y parte, así como las versiones remozadas de los ya clásicos Resident Evil 0 y Resident Evil. Pues bien, y ante el éxito (inesperado para CAPCOM pero no para el resto), anunciaron Resident Evil 2 Remake. Y, por fin, aquí lo tenemos. Vivamos el regreso del clásico que nunca debió morir. Rectificar es de sabios.

Pues sí, decimos rectificar es de sabios por lo siguiente. Para empezar, porque la saga Resident Evil, del survival horror (poca salud, pocas balas, pocos enemigos, mucha investigación/puzles) pasamos a cosas tan bastardas como el Resident Evil 4, que tiene un medio pase (ese troll…) porque al fin y al cabo fue un juegazo y una vuelta de tuerca de su creador pero rectificar, sobre todo, referido a su quinta y sexta parte (¿un dinosaurio de carne como enemigo final? ¿En serio?). Y venga balas, balas, balas, enemigos y matar y matr sin pensar. La séptima parte, empero, y ante el éxito de las nuevas fórmulas que beben más de la saga que la propia saga (como Alien: Isolation o los juegos de PC que todos sabemos existen por Steam), decidió un giro: un inicio que no era un inicio, un Resident Evil que era en primera persona, sí, pero que como dijimos en nuestro análisis era más Resident Evil que cualquiera de los juegos anteriores. El problema era un final ciertamente apresurado basado en tiros y mierdas y que era… pues eso, en primera persona. Amén de que todos nos preguntábamos dónde estaban los personajes/enemigos finales molones.

Sin embargo, como decimos, con esa idea en mente (mezcla moderna, mezcla del 4 que fue muy exitoso, sí, pero respetando la historia), sumado al éxito de las versiones remozadas de los clásicos, han hecho que CAPCOM firme un juego que se conoce como Resident Evil 2 Remake (en realidad se llama Resident Evil 2, sin remake y sin nada), y que se basa en las mecánicas, puzles y esencia del clásico, de acuerdo, pero que aporta muchas cosas, que mezcla, como en su séptima parte, elementos clásicos y nuevos. Parecido a lo que pasó con SEGA en Sonic Generations o con Sonic Mania Plus. Es el camino a seguir, y así parece que CAPCOM lo ha entendido… que ya era hora (¿hola, Square-Enix y Final Fantasy? ¿Habéis visto el éxito de Dragon Quest XI?).

Este juego, para el que no lo sepa, es la remasterización o puesta al día, como lo queráis llamar, del clásico lanzado en 1998 y que llevó más allá su primera parte. Si bien es cierto que continúa habiendo una zona central donde explorar (ahora es una comisaría en vez de una mansión), es mucho más grande, más abierto, así como su principal novedad fue la inclusión de otro personaje que permitía ver los acontecimientos desde otro punto de vista. El juego fue y es el más querido de la saga, exclusivo de Playstation (se canceló la versión Sega Saturn), y luego se adaptó a PC y Dreamcast con aún más calidad gráfica, el cual se convirtió en el más vendido hasta entonces, casi cinco millones, dejando en mantillas las ventas de los primeros meses de otros miuras como Mario 64 o Final Fantasy VII.

CAPCOM, casi desde el principio, siempre ha “rehecho” esta saga: que si Director´s Cut, que si HD, que si tal o Pascual…

Historia y jugabilidad

En cuanto a la historia del juego en sí, es bien sabida, pero vamos a recordarla. El joven Leon S. Kennedy, policía, viene a su primer día de servicio a Raccoon City y por el camino se encuentra con Claire Redfield, hermana del prota de la primera entrega, que también va para allá. Ambos llegarán al pueblo donde se ha desatado el lío padre, quedando separados pero, ante todo, unidos por el misterio y ese centro neurálgico tenebroso que es la comisaría de Raccoon City.

La jugabilidad digamos que es la de Resident Evil 4, con la cámara al hombro, unida a la forma de jugar de la 5ª y 6ª parte, así disparando, moviendo la pistola e incluso disparando al movernos (si nos quedamos quietos, nuestra puntería es mejor). Sin embargo, todo lo demás es lo clásico en la saga: inventario limitado, grabar solo en momentos puntuales con cofres para depositar los objetos que no usemos (pero sin necesidad de buscar cinta), creación de hierbas (este remake con la novedad de crear balas gracias a distintas pólvoras), curación mediante objetos y un largo etcétera de cosas conocidas por los fans.

La mayoría del gameplay coincide en ir del punto A al B, consiguiendo las tarjetas o llaves que nos llevan a sitios que nos permiten conseguir los objetos que, a su vez, nos permiten seguir avanzando. Y, entre medias, puzles más elaborados, consistentes en leer, explorar y pensar un poco. Pero todo demostrando un ingenio verdaderamente notable de los diseñadores que pensaron este juego. Gran inteligencia de fases, desde luego, y de planteamiento.

Los combates, por tanto, pasan a ser secundarios, pero a la vez, son muy importantes. Nos explicamos: secundarios porque el juego no es un shooter, no es su fin que el disparar sea satisfactorio, pero importantes porque debido a la increíble resistencia de los enemigos, tu debilidad y la escasez de potencia de fuego, todos se convierten en algo épico. Es más: a diferencia de otras partes donde CAPCOM fue perdiendo el norte, aquí, si se puede, es mejor evitar el combate. Daos cuenta del cambio: de buscar a los enemigos porque tenemos más potencia de fuego que Rambo, a esquivarlos y decir “mierda, otro jodido zombi ahí en medio dando por saco”.

Porque no os engañéis, el juego no es fácil, sobre todo cuando a final de la primera parte del juego empiezan a multiplicarse los enemigos, algunos de ellos jefes finales y otros, literalmente, invulnerables. A un zombi lo puedes tumbar después de 3-4 disparos, caer al suelo, volverse a levantar y tener que dispararle y rematarlo con el cuchillo (que en este juego se va estropeando). Y ya no digamos cuando aparece el Tyrant, el típico monstruo que va dando vueltas al azar y al que no se le puede hacer nada.

Lo más interesante es su rejugabilidad, puesto que si jugamos con Leon los acontecimientos y algunas zonas son diferentes que si jugamos con Claire. Si bien es cierto que las limitaciones de Playstation hacían que tuviera sentido algunas limitaciones de esta mecánica (si coges objetos con Leon en una zona Claire los pierde, pero, sin embargo, algunos personajes, eventos, jefes o puzles están igual, lo cual quita verismo), hoy, en este remake, no tiene sentido mantenerlo. Y no vale la excusa de homenaje al clásico, puesto que CAPCOM no ha hecho una puesta al día, sino que prácticamente lo ha rehecho.

Gráficos y sonido

Audiovisualmente el juego es excepcional. Si en su momento la segunda entrega fue un paso adelante y la cuarta otro más, y aunque siempre ha gozado de grandes gráficos y sonido, este remake se lleva la palma. Partiendo del principio de RE4, que desde el susodicho RE4 siempre llevan la cámara al hombro y no se ven las piernas a los personajes (nada nuevo por tanto por ahí), encontramos personajes grandes, detallados, efectos lumínicos, nulas cargas y un largo etcétera de grandes detalles. Especialmente destacables son los videos con el motor RE Engine (motor que, dice CAPCOM, está preparado perfectamente para la próxima generación), sencillamente increíbles, y que en los últimos tiempos solo los videos especiales del ya nombrado Dragon Quest XI se equiparan.

Sí, los gráficos retro, especialmente los escenarios renderizados y ese toque clásico, nos encantan, y perfectamente hubiéramos jugado al clásico bien remasterizado (por desgracia, aunque se gana libertad, perdemos esos encuadres cinematográficos geniales y de gran estética). Pero eso no quiere decir que “nos hubiera dado igual” uno que otro, agradecemos el esfuerzo de CAPCOM, pues el trabajo aquí realizado es espectacular y esos gráficos renderizados, jugabilidad, y demás están perfectamente conseguidos con respecto al clásico. Ya veremos cuando salga Final Fantasy VII Remake si es tan fácil de hacer o no. Ahí nos veremos.

El sonido tratándose de un survival horror pues, claro está, es también genial. Goteos, rugidos, gruñidos metálicos, viento… Eso sí, excepto la musiquilla que suena cuando nos persigue el Tyrant, no suena mucho la música. Vía DLC se puede descargar la BSO clásica pero, desde luego, la nueva brilla… pero por su ausencia. Traducido y doblado a todos los idiomas, así como subtitulado, es también de agradecer esta faceta del juego. No obstante, nosotros hemos decidido jugarlo en inglés, y es ahí donde se ve la gran labor de captura facial y de sincronización labial.

Presentación y conclusión

En cuanto a la presentación, estamos pues ante una superproducción, con versión normal, especial, steelbook y, sobre todo, la coleccionista, simplemente brutal (con figura de Leon incluida).

En conclusión, estamos ante un juegazo. Las virtudes del juego son más que una mera añoranza, que un mero “lanzamiento en el momento adecuado”, y por tanto da igual con gráficos del pasado que del presente: sigue siendo una obra maestra. Y, además, para los nuevos video jugadores  es toda una enseñanza, apreciando el porqué es un mito y cuáles son esas mecánicas que lo hicieron y lo hacen especial, con esa mezcla evidente entre acción y pausa que lo transforman en más que un juego de acción (y que lo es si ningún género de dudas, pues apenas tenemos respiro) en una aventura gráfica con toques de violencia que la hacen terrorífica y el tener que estar espabilados. Es un juego ejemplo de por qué los que conocemos los antiguos no nos hacen mucha gracia los nuevos Resident.

No lo dudes: calidad, calidad y calidad. Y todo con un remake que, posiblemente junto con los Kiwami de los Yakuza de SEGA, o Shadow of the Colossous, es todo un ejemplo a seguir.

EJEMPLO DE GAMEPLAY